martes, 26 de diciembre de 2017

APUNTES   POSTELECTORALES 
  TRAS   EL  21-D   EN   #CATALUÑA


Discrepo de los que hacen una lectura en clave plebiscitaria de los comicios del 21-D. A diferencia de las elecciones de 2015, las de ahora no han sido un plebiscito sobre la independencia, ya que se han presentado distintas listas electorales con programas que incluyen temas políticos muy variados.

Si se hace una lectura meramente política, hay un hecho incontestable: Inés Arrimada (y su partido Cs) ha ganado las elecciones catalanas. Pero lo más probable es que no gobierne, dado que, salvo sorpresas, no obtendrá la mayoría necesaria para ser investida Presidenta de la Generalitat por el Parlament.

La excelente campaña de Arrimadas, templada, pero firme en la defensa de la legalidad constitucional, ha servido para que su partido, Cs, sea el primero en votos (con un 25,46%) y en escaños (con 37), ganando, además, en muchos de los grandes municipios catalanes. Pero ha sido insuficiente dado el hundimiento del PP y los pobres resultados del PSC (ambos hechos podrían explicarse por el trasvase de votos a Cs, mostrando los límites expansivos del llamado bloque constitucionalista).

Sin embargo, los tres partidos del bloque independentista (JxCat, ERC y CUP) suman 70 escaños (dos menos que en las elecciones de 2015). Según la mayor parte de los analistas políticos, que están haciendo una lectura plebiscitaria, estos partidos estarían en mejores condiciones de construir una mayoría parlamentaria que les permita formar gobierno. Creo, no obstante, que no le será fácil, ya que el escenario tras el 21-D es más complicado de lo que parece, si se hace otro tipo de lectura no plebiscitaria.

Comparto unas reflexiones sobre este asunto a modo de apuntes postelectorales.

a)  Como se recordará, en las elecciones de 2015, PdCat y ERC concurrieron en una lista conjunta y con un programa en el que se incluía como tema central el “procés” y la declaración unilateral de independencia (DUI). A pesar de las enormes distancias ideológicas con la izquierdista CUP, había, sin embargo, coincidencia entre estos tres partidos respecto a la ruta a seguir hacia la independencia. Por ello, y salvo el problema del veto de investir a Artur Mas como Presidente de la Generalitat, no había otras dificultades para conseguir el apoyo de un partido como la CUP en las antípodas de los herederos del pujolismo en temas sociales y económicos. El cambio de Mas por Puigdemont permitió que el bloque independentista obtuviera el apoyo (crítico) de la CUP, echando a andar el “procés” y todo lo que ello significaba (leyes de desconexión, DUI,…). El objetivo del “procés” tapaba las evidentes diferencias ideológicas entre esos tres partidos.

b)   Sin embargo, el escenario de ahora es diferente. Los tres partidos independentistas han ido por separado en las elecciones del 21-D, y, además, con programas electorales distintos, en los que se apreciaban diferencias relevantes respecto al tema de la independencia. A diferencia de la CUP, firme en su defensa de continuar con el “proces” hasta desembocar en una república catalana (que para ellos tiene que ser, además, anticapitalista, socialista y asamblearia), los programa del PdeCat (a través de su lista JxCat) y de ERC planteaban  este asunto de forma más matizada. La independencia se mantiene como aspiración en estos dos partidos, pero no se propone ahora como un objetivo a alcanzar de forma inmediata y de modo unilateral.

c) Hay, por tanto, una importante diferencia que altera el escenario de las posibles negociaciones con la CUP, si es que se producen, para armar una mayoría parlamentaria. En la noche electoral, las intervenciones de los dirigentes de JxCat y de ERC tuvieron que recuperar el discurso de la unilateralidad para ocultar el fracaso de haber sido derrotados por una clara y firme no independentista Inés Arrimadas y su partido Cs. Puede que las intervenciones de esa noche al fragor de la lucha electoral hayan hecho pensar a muchos analistas que tanto PdeCat, como ERC van a seguir con su estrategia ilegal de confrontación con el Estado, pero me da la impresión de que no va a ser así.

d)  El “procés”, tal como lo hemos conocido, ha tocado techo, y los dirigentes que lo han liderado saben que no es posible continuar con él, dada la fortaleza del Estado y el uso del art. 155 por parte del Gobierno. En ese contexto, se abre un escenario en el que, sin el objetivo inmediato de la independencia, aflorarán las grandes diferencias que existen entre el PdeCat y ERC, además de con la CUP, en temas programáticos y de políticas públicas, unas diferencias que en la pasada legislatura habían sido aparcadas en pro del “procés”. Es por eso por lo que no veo fácil que se reproduzca la pasada mayoría parlamentaria en el bloque independentista, ya que este bloque deja de serlo en el momento en que el pegamento que lo ha mantenido unido (el “procés”) se descompone dejando aflorar las diferencias ideológicas entre ellos.

e)   Además, la situación jurídicamente complicada de algunos de los principales dirigentes independentistas (de Puigdemont y los exconsellers fugados en Bruselas, y de Oriol Junqueras y Forn aún encarcelados), crea un riesgo evidente de no poder hacer efectivo el ejercicio de su actividad parlamentaria, poniendo en riesgo la posibilidad de armar una mayoría. Ese factor puede abocar a JxCat y ERC a diferencias insalvables por el liderazgo dentro del independentismo, haciendo difícil los acuerdos postelectorales entre ellos, incluso a una ruptura, que les llevaría a buscar alianzas con otros partidos. Además, en un contexto sin la independencia como horizonte inmediato, no veo el interés de una coalición para ninguno de estos dos partidos, tan diferentes ideológicamente y con trayectorias tan distintas en la política catalana durante las legislaturas previas al “procés”.

f)  Es ahí en ese nuevo escenario, sin la independencia como objetivo a alcanzar de forma unilateral, donde se abren otras opciones, si bien ninguna de ellas fácil. Quizá la más lógica desde el punto de vista político, es la posibilidad de una alianza ERC, PSC y CeC-Podem, dada la cercanía de sus posiciones ideológicas en temas sociales y políticos. Pero al no sumar los 68 escaños necesarios para alcanzar la mayoría (sino sólo 59), tendría que contar con la abstención de algún otro grupo (CUP o JxCat) en la sesión de investidura, y gobernar en minoría. La perspectiva de incluir en esa negociación otros futuros pactos (como el que tendría que hacerse para el Ayuntamiento de Barcelona) podría ayudar a ello. La negociación por la presidencia del Parlament es otro asunto que puede abrir aún más el escenario de posibles pactos en uno y otro sentido del arco parlamentario, sin descartar ahí en esa búsqueda de transversalidad la implicación directa de Cs.

g)  Una lectura en clave política (eje izquierda-derecha) de los resultados del 21-D muestra que ha sido el centro-derecha (Cs, JxCat y PP) el que ha ganado (51,7% de los votos y 74 escaños). Esto, en circunstancias normales debería asegurar la gobernabilidad mediante un pacto entre esos partidos. Pero dada la aún excepcional situación política de Cataluña, marcada por los ecos del “procés”, es complicado normalizar el panorama político en términos no identitarios. Por ello, el escenario es tan complejo de gestionar, que no hay que descartar la posibilidad de que se tengan que repetir las elecciones dentro de dos meses.

Coda: La victoria incontestable de Inés Arrimada resulta conmovedora, por lo que ella representa de juventud y empuje, y porque, como he señalado, lo más probable es que se quede a las puertas de presidir la Generalitat. No obstante, su prometedora carrera política comienza ahora, y su primera oportunidad será cuando, una vez constituido el Parlament, presente su candidatura a la presidencia de la Generalitat. Aunque es un intento que no tendrá éxito, Arrimadas está obligada a intentarlo y a presentar un programa basado en la transversalidad y la recuperación del diálogo institucional, y dirigido a afrontar los grandes retos de la economía y la sociedad catalana.

18 comentarios:

  1. Gracias por arrojar luz entre tanta confusión interesada. Felicidades

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    1. Gracias a ti por leer el texto. Mis mejores deseos para el próximo año.

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  2. Gracias Eduardo, es cierto que no es nada fácil la situación post 21-D. Unos y otros lo tienen complicado, aunque reconozco como dices que quien realmente ha ganado el Cs. Hay que esperar...feliz Navidad.

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    1. Gracias Carmen por leer el texto. Mis mejores deseos para el próximo año.

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  3. Muy difícil lo tienen los Partidos Independentistas para formar Gobierno con la CUP y sus exigencias y aún así, si se confirmara, por la incertidumbre que se creará en Cataluña tanto en lo Económico como en lo Social.Muy clarifica-dora tu opinión sobre el 21 D. Un abrazo y Feliz año.

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    1. Gracias Andrés por leer el texto, y por tu comentario, que aunque breve es certero. Mis mejores deseos para el próximo año.

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  4. Gracias Eduardo por seguir facilitándonos la comprensión de la realidad política de Cataluña, en este caso. Quizás el escenario más posible sea una repetición de las elecciones, después de que la constitución del nuevo Parlamento de Cataluña demuestre la imposibilidad de constituir una mayoría de gobierno. Pero tampoco unas nuevas elecciones iban a cambiar mucho los resultados si lo que ha sido hasta ahora el "procés" y su consecuencia impositiva de la DUI no se diluye un poco. Puede que la única salida de esta situación que tenga Cataluña es que alguno de los líderes políticos que propugnan la DUI reconozcan abiertamente que no es posible esa vía, no ya siquiera por el Estado español, sino por la propia UE. Lo único realista es profundizar en la autonomía actual, avanzar hacia un Estado federal, negociar y negociar dentro del sistema político actual, incluso con la posibilidad de cambiar la Constitución en aspectos fundamentales con las mayorías oportunas. El único partido (del bloque independentista) que puede estar cercano a asumir esta realidad es ERC. Si después de los debates parlamentarios correspondientes y de comprobar la imposibilidad de formar gobierno con los resultados actuales, los lideres de ERC lanzan un mensaje nuevo a la ciudadanía, alejándose de la DUI, eso podría resultar en un nuevo panorama electoral con otras mayorías que posibilitaran la formación del que quizás sea el único gobierno posible y también el mejor para Cataluña. Este sería un gobierno conformado por una mayoría progresista, comprometido a mejorar las políticas sociales y a avanzar en la profundización de la autonomía (única forma de reconducir las aspiraciones de los dos millones de personas en Cataluña que han creído que es posible una República catalana independiente en la Europa actual y que además esta solución sería la solución a los problemas actuales y garantizaría un bienestar mayor para la población). Aparte de los problemas económicos y sociales de Cataluña, lo más preocupante es la fractura social que se ha producido entre los independentistas y los constitucionalistas. Por ese motivo, el objetivo político más importante debería ser no agrandar esa fractura lo que supondría avanzar hacia un abismo de consecuencias incalculables.
    Pero todo esto no se va a poder conseguir sin la altura de miras políticas necesaria, lo que parece complicado con los liderazgos actuales y dentro de la corriente europea y mundial (vease el caso de EEUU) de populismos y acciones políticas que parecen dictadas por sentimientos pueriles, exentos de la racionalidad y responsabilidad debidas.

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    1. Gracias Melchor por tus comentarios, que bien podrían ser otro texto sobre el tema catalán. Mis mejores deseos para el próximo año.

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  5. Es bien sabido que en nuestra democracia, no se inviste presidente o presidenta a quien gana las elecciones (habría que tenerlo presente de cara a la tan cacareada reforma de la ley electoral y constitución, si es que alguna vez se lleva a cabo) por votación directa de los y las ciudadanos, si no quien tiene los votos-apoyos necesarios en el parlamento correspondiente.
    Y en este caso, ¿quién puede conseguirlos? ¿Qué motivos precisos puede conjugar dicha posibilidad?. El unirse en torno a principios maximalistas y antagónicos como es el identitario, como hasta ahora ha venido ocurriendo, solo ha generado distanciamiento y beneficios espurios a lideres de cortas y pocas luces. Por el contrario, unirse en torno a la resolución de los “problemas”, que según algunos políticos, tienen “realmente” (como si el identitario votado por la mitad de los y las ciudadanos catalanes no lo fuera) la ciudadanía como es la salud, el paro, la economía, etc, con el objeto de promover un cambio en la vida de las personas, difícilmente va a conseguir poner en el mismo redil posiciones tan diferenciadas.
    ¿Entonces que hacer?, ¿nuevas elecciones hasta que salga lo que algunos quieren o mejor dicho quisieran?. Como yo digo, difícilmente las elecciones resuelven problemas que deben de ser abordados desde el dialogo. Dialogo que se le debe de exigir a nuestros políticos por muchas diferencias que los separen, sin prejuicios y sin líneas rojas, y no el postureo al que algunos (véase el gobierno) han jugado, porque tanto tiene de problema el paro o la financiación autonómica como la identidad no resuelta de un pueblo. La decisión política de cambiar el curso de un acontecimiento como el que estamos viviendo demostraría en nuestros políticos un altísimo grado de desarrollo intelectual y cultural, así como un marcado interés en dominar la incertidumbre que ello supone con el objeto de generar los menos daños posibles. ¡¡¡Pónganse a ello por favor!!!.

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    1. Gracias Luciano. Como siempre, tus comentarios son interesantes y complementan muy bien el texto del blog, enfatizando aspectos que no he desarrollado suficientemente.

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  6. Muy de acuerdo, Eduardo, con el principio y el final. Ni han sido las elecciones un plebiscito, ni hay que descartar la posibilidad de que se tengan que repetir las elecciones.
    Ni la plebe está inclinada (apenas arrimada) hacia los Ciudadanos; ni los "tribunos" de la República renuncian a imponer su Ley (DUI) sobre la plebe. Como en los divorcios, las partes no suelen responder u obedecer a la "democracia". Y la Ley y el derecho sufren en esa tesitura tanto como entrambas partes. La Justicia - cuando existe y se aplica - escuece. Siempre cabe alargar en el tiempo las pretensiones: más elecciones, y más elecciones. Y más componendas para rehuir la Justicia o, lo que es peor, para crear una realidad a la medida del más fuerte. Mientras la irracionalidad del nacionalismo (hoy, básicamente vasco y catalán) siga en sus pretensiones tan arriscadas y carlistonas, tan egocéntricas y caprichosas, se mantendrá el teatrillo. Mientras el Rey pedía "respetar y preservar los principios y valores de nuestro Estado", la oleada nacionalista decimonónica ha ido arrumbando a PSOE y PP, viejos valedores de este renovado Estado. La movida del 155 con su paseo de Policias y Fuerzas de Seguridad del Estado recuerda (en espejo) la marcha de la Expedición Real Carlista hacia Madrid. Ni fú ni fa. Y los nuevos tribunos o diputados no parecen aspirar sino a entronizarse en sus taifas, en sus cacicazgos, en sus prebendas,... Unos, desde Bruselas; otros, desde la cárcel, y otros, creando Tabarnias y otras ínsulas Baratarias. El peligro, aun cierto como hacen ver las empresas, visto con lejanía, mueve a risa melancólica. Como bien dice, arriba, Melchor Guzmán, con "políticas que parecen dictadas por sentimientos pueriles, exentos de la racionalidad y responsabilidad debidas" mal camino llevan. Aun así, Feliz Año.

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  7. Gracias, Eduardo, por tus magníficos artículos. En este caso, el tema catalán, por circunstancias personales me toca de cerca y es algo que vengo observando con preocupación desde hace más de tres décadas, cuando el Honorable, hoy proscrito, ayudaba a moros y cristianos en sus particulares cruzadas. Al final estamos ante el resultado claro de unas siembras programadas que, con patente de corso, han tenido a su disposición todos los instrumentos necesarios para realizar un buen trabajo. Si alguien espera que remita el número de independentistas, pierde el tiempo. La multiplicación es evidente y, al contrario de lo que algunos piensan, no se produce por el discurso de los constitucionalistas, ni del gobierno, ni de esa España forjada por el independentismo como un objetivo a batir, pero al que quedarse anclados para aquello que convenga. Los independentistas se recrean en un caldo de cultivo creado por sus dirigentes y propagado a través de todas las instituciones y medios disponibles. Desde el President, hasta los gerentes de los GDR, todos trabajan por la misma causa. Su control del territorio rural ha quedado de manifiesto, pero ahí estará su talón de Aquiles. Un territorio muy subsidiado que ha quedado en evidencia ante las comarcas motoras de Cataluña, y que basan su voto separatista en promesas para el sector primario lanzadas desde la más absurda demagogia.
    El odio y el egoísmo han sido impartidos en grandes dosis y ello supondrá la autodestrucción de su maléfica obra. Las comarcas más desarrolladas son quienes más están sufriendo la fuga de empresas y con ello el riesgo de pérdida de su estatus. Serán estas comarcas las que pondrán en solfa el “proces” ante la creciente amenaza de las Cup´s, que los más acomodados perciben como una amenaza evidente. Para ello solo tienen que aplicar el mismo discurso que el separatismo utiliza con España. TABARNIA, de connotaciones quijotescas, que nunca llegará a configurarse como unidad territorial definida, pero que supone el 70% del PIB y población catalanes, será un serio problema para el independentismo porque generará un debate transversal en el seno de la sociedad catalana que promoverá, al menos, el distanciamiento entre fuerzas políticas hasta ahora unidas en lo incomprensible. A ello se unirán otros, como la Vall d´Aran, ahogados por su debilidad demográfica. Entre todos, generarán un nuevo mensaje y los medios para combatir, desde dentro, la gran mentira en que se sustenta el separatismo. Tal vez habría que analizar cómo la Clarity Act puso fin al secesionismo quebequés y buscar en la ansiada reforma constitucional el mecanismo apropiado para amortiguar conflictos como el que estamos viviendo.
    Desde el Pirineo andorrano, mis mejores deseos para el 2018, que viene cargado de incertidumbre.

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  8. Gracias José Andrés. Mejor y más claro no se puede decir. Un abrazo y mis mejores deseos para el próximo año.

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  9. Gracias Fernando, agudo y certero como siempre. Un abrazo y mis mejores deseos para el próximo año.

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  10. Feliz año Eduardo y amigos:
    Como catalana (puedo demostrar pedigrí si es necesario de muchas generaciones) del monotema estoy totalmente agotada y sueño que al despertar ha desaparecido y ya nadie recuerda la locura que contagio a casi la mitad de mis conciudadanos. De hecho no he conseguido que ningún independentista fuera capaz de realizar una lista de mejoras ( en tolerancia, en libertad, en bienestar socioeconómico) que comportaría la pretendida separación, ya que nadie sabe que supone en su realidad cotidiana la desconexión de España y de la UE. Se mantienen en generalidades, que como deseos les animo la Asamblea de Catalunya a escribir en pancartas que cubrieron sus balcones y terrazas. Pero no cambian de postura.
    Se mantienen puros y como indica el último comentario no se puede esperar que remita el independentismo. Desde septiembre han pasado muchas cosas pero nadie de mi entorno no ha cambiado de opinión, no se han movido ni un milímetro. Porque esta mayoría de amigos, familiares, vecinos, compañeros de estudios continúan repitiendo consignas que todos los medios de comunicación en catalán (únicos que leen, escuchan) repiten hasta la saciedad.
    Hoy el victimismo lo llena todo y los últimos acontecimientos los hacen especialmente sensibles, el primero de octubre, las detenciones, los presos políticos, el 155,…… todo son motivos para que se sientan víctimas de las atrocidades españolas.
    Pero junto al victimismo hay un elemento que actúa con más fuerza, o estas con ellos o “no eres catalán”.( y por tanto pierdes todos los atributos que supuestamente da esta condición, demócrata,…). Así de claro. Yo no creo que Catalunya este dividida en dos equipos con sus banderas respectivas como la prensa ha repetido continuamente en estos últimos meses. Hay un equipo y los expulsados. Parece que la única forma de sobrevivir en este entorno es convertirte. Y esta conversión es mucho mas obligada en el entorno rural, en donde ni tan solo el voto secreto te protege. La ciudad es más tolerante, es más fácil pasar desapercibido, aunque esto suponga renunciar a la coral, al grupo excursionistas,…o tener la boca cerrada a menudo.
    No sé que pasara, pero confío en dos elementos. De un lado, que la lucha por controlar la Assamblea, que es quien manda a mí entender, los debilite y de otro que en cuanto tengan que definir y concretar qué modelo de sociedad y hasta donde estarían dispuestos a ceder por una desconexión surja con fuerza el desacuerdo. Lo que supondrá que finalmente no pasara nada, y hasta la próxima....

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  11. Gracias Lourdes por leer el texto y por tus atinados comentarios. Feliz Año y confiemos que llegue algo de cordura a esas tierras y a las nuestras también.

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  12. Gracias por tu trabajo Eduardo, pero entendí desde el primer día que el Gobierno y los Partidos estaban tan divididos y enfrenta- dos que nada sería posible.La evolución de la vida exige CAMBIOS drásticos (Nuevas: Constitución, Ley dePartidos ,independencia de los 3 poderes,Estado Federal..y afrontar la corrupción. la desigualdad. el Bienestar Social por encima del mero Crecimiento Económico...Puede provocarse una tremenda estampida en nuestra SOCIEDAD CIVIL y se está iniciando...
    ¿Pasos? Moción de censura,comisiones por cada problema aludido.
    y..como se dice ¡¡¡que Dios nos coja confesados!!!
    Cataluña es un aviso.

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